Hoy conmemoramos desde La Jauretche y el Encuentro de Estudiantes los tristes y violentos acontecimientos del 19 y 20 de diciembre, cuando miles de argentinos salieron a las calles a reclamar por sus derechos y garantías. Cuando en masa, la rebelión popular sacudió a un gobierno y a todas sus injusticias, reclamó sus necesidades básicas que no estaban siendo cumplidas, sufrió la mano dura de la represión policial, y perdió casi 40 compañeros, en la lucha por el trabajo, el pan y la justicia.
Aquel marco turbulento, agitado y casi sin salida aparente nos dejó como herencia inmediata una Argentina empobrecida, con hambre, cansada y en gran parte desocupada. Pero también una Argentina convencida de que a partir de la protesta social se podían alcanzar reivindicaciones y hacerse escuchar. Un país que supo organizarse, tanto en asambleas barriales, como en organizaciones, frente a las injusticias que aquejaban al territorio.
Sin embargo, en el fondo, la lucha era contra lo mismo: el modelo neoliberal, aquel que pregonaba la reforma del estado, la eficiencia económica, la desregulación, el achique el gasto publico. Todos estos conceptos que, en bocas de los economistas del stablishment y los medios de comunicación, parecían racionales y las correctas, pero que en realidad, se efectivizaban en los despidos masivos, el descuento a trabajadores estatales y jubilados y el endeudamiento.
En la actualidad vemos un Estado que a partir de la situación deplorable de la política y la economía nacional, supo establecer con convicción una política de no represión policial. Un Estado que supo sacar al país de dicho pozo, siempre mediante políticas de inclusión social y verdaderos planes de reinserción económica. Un gobierno que hoy sigue teniendo falencias, pero que lucha y sigue impidiendo que sectores del Estado o viejos grupos de poder repriman y asesinen a los que ejercen el legítimo derecho a la protesta.
Hoy la coyuntura del día a día plantea constantes disyuntivas: la represión por la “inmigración descontrolada” o la política como solución a los conflictos; la movilidad jubilatoria y la estatización de las AFJP o un estado débil a favor de las retenciones cero; las relaciones estrechas con los EEUU o la profundización de la patria grande y latinoamericana junto a Chávez, Evo y Correa en la UNASUR; la reconciliación nacional y el juicio y castigo a los represores de los genocidios junto a madres y abuelas o la negligencia para mirar a nuestro pasado.
Apostamos a este proyecto porque tenemos la convicción de que es el medio para el bienestar de todos los argentinos, para el enfrentamiento con los sectores que hoy asesinan y comandan la represión. Es en este marco que aplaudimos las recientes políticas llevadas a cabo por la presidenta: el nombramiento de Nilda Garré como ministra de Seguridad, y sus planes para reconfigurar el funcionamiento de la Policía Federal, para contrarrestar las circunstancias opacas del poder policial.
Hoy más que nunca defendemos este camino. Continuemos la lucha para que cada vez existan menos asesinatos en democracia, no permitamos más muertes, como las de Mariano Ferreyra o las de los tobas en Formosa. La historia nos exhorta a la construcción del campo popular: la unidad de los que nos reconocemos en la necesidad de un país más igualitario y con mayor distribución de la riqueza es necesaria ahora más que nunca. Que las voces se conviertan en las armas para la renovación y mejora de la realidad nacional.
La Jauretche + Encuentro de Estudiantes
Estoy muy contento por como hacen este analisis del pasado!
ResponderEliminarSin memoria no se puede contruir nada
ABRAZO CUMPAS!