La gloriosa lista 17

Siguiendo el legado de los grandes hombres y mujeres de la patria, por un centro inclusivo, democratico, nacional y popular, inteligente y al servicio de los estudiantes.


jueves, 17 de junio de 2010

Neocolonialismo en el Bicentenario de la Patria a 34 años del Golpe

Neocolonialismo en el Bicentenario de la Patria a 34 años del Golpe
“ Por eso, venimos a suscitar en cada uno la verdad, a veces introducida, que cada uno lleva dentro de él […]. No venimos a enseñar nada. No somos maestros de nada. Nos dimos cuenta, simplemente, de lo que verdaderamente intuíamos hasta hacerlo pensamiento, primero que otros y nada más. Ahora queremos ayudar a que ese descubrimiento de la verdad de cada uno se haga en todos”.
Arturo Jauretche
Podríamos empezar por definir la noción que se tiene de neocolonialismo en nuestra Argentina y en el resto de América Latina hoy en día en esta conmemoración del Golpe. Estamos entrando en su bicentenario, pero lejos de la utopía todavía arrastramos resacas no sólo de 200 años, sino incluso desde octubre de 1492. Dominaciones expresadas no solo en gobiernos anticonstitucionales sino en los legítimos; dominaciones expresadas no sólo en terrenos políticos y económicos sino desde lo más profundo, en nuestro arraigo cultural. El imperio opera así: te saquea, te duerme y cuando te despertaste no te acordás muy bien que hacías pero si lo que vas a hacer. Y los dormidos no lo cuestionan.
Por suerte hay unos cuantos despiertos; suerte para nosotros, sobre todo, que hoy podemos agarrar sus banderas que no perdieron vigencia y volver a izarlas. Banderas de Mariano Moreno, de Yrigoyen, de Perón, de Jauretche, de Scalabrini Ortiz y de infinidades de compañeros más que nos marcaron un camino y que hoy en día, aunque lo desaparecieron junto a 30000 compañeros más, nos invita a seguirlo.
Una vía que nos propone el conocimiento de la realidad mediante la dialéctica; que nos invita a reflexionar acerca de las visicitudes de la actualidad (con sus grises también), pero que por sobre todo nos obliga a tomar una responsabilidad que nos da la historia en este momento crucial de América Latina. Una responsabilidad que implica el reconocimiento de dos bandos con dos modelos de país diametralmente opuestos, uno política, cultural y económicamente soberano y el otro que, a decir verdad, es el mismo que plantearon Videla & cia. La misma responsabilidad que nos obliga a actuar en consecuencia a favor de uno u otro bando, construyendo un poder popular efectivo que tome las riendas del proyecto político que lo favorezca y que no baje los brazos cuando el conductor no es el correcto, sino que lo obligue a actuar en pro de este poder popular. Una responsabilidad que debemos tomar en serio aún cuando las medidas resulten insuficientes, teniendo a sabiendas que es nuestro el poder que hoy le otorgamos a un proyecto o al otro; no confundiendo el camino hacia el objetivo con el objetivo mismo.
Hace menos de un siglo que tenemos una democracia formal; un siglo con 4 interrupciones militares que ponen en evidencia que el miedo de los sectores concentrados de poder dan el primer golpe ante los avances populares de mano del ejército y poniendo en bandeja muchos, sino todos, los logros conseguidos a lo largo de la historia del país al imperio para que se los devoren en nombre de las recetas neoliberales importadas que, profetizadas por el Consenso de Washington, obligaron al país a privatizar empresas estatales que han sido vanguardia a nivel mundial, como Aerolíneas Argentinas, o YPF, entregándolas a precios miserables y contrayendo deuda para sus obras, haciendo pública deuda privada de empresas amigas y ajustando el gasto público. Todo, por supuesto, con un brillante plan anestesiante promulgado por los medios de comunicación siempre al servicio de los golpistas de siempre.
Hoy en día, gracias a la unión latinoamericana que sigue estrechando lazos, existe una posibilidad de encarar regionalmente estos problemas con soluciones efectivas, como el pago de la deuda con superávit fiscal, consecuencia de una administración eficiente o el apoyo recibido en el conflicto con el Reino Unido por las Malvinas que usufructa con petróleo de nuestra soberanía. Una unión que creemos que avanza en el sentido de la patria grande y que avanza con distintos matices regionales en contra de los sectores apátridas y antipopulares.
El poder concentrado no escapa a las luchas que llevamos a cabo en nuestro Centro de Estudiantes. Hoy en día nos encontramos en una posición de firme defensa de nuestro Campo de Deportes, sobre el que acechan los intereses inmobiliarios de la Corporación Puerto Madero, una de las estructuras heredadas de la década neoliberal de los 90’. El mismo poder concentrado que nos quiere meter a Agustín Zbar en el rectorado, a la UEN en el CENBA y que levanta causas judiciales ante los avances de distintos Centros de Estudiantes; el mismo poder concentrado que quiere a la policía de Macri para picanear a los militantes sociales y que desaparecio a 107 alumnos del CNBA en la última dictadura y a Luciano Arruga el año pasado.
¡Levantemos las banderas populares una vez más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El que quiera puede comentar, siempre y cuando no se agreda o se insulte a nadie.